martes, 2 de febrero de 2010

De mi, para mi.


Lilyán:

Si hoy pudiera escribirte una carta de amor, te diría pocas cosas. Pocas, pero profundas e importantes. Te diría por ejemplo que te quiero, así, tal como eres. Con todo y los arrebatos que nos tienen donde estamos; con todo y tus decisiones impulsivas y erradas; con todo y tus miedos destructivos; con todo y tus incongruencias y repetidas actitudes poco sabias. Te diría que eso es parte de todo eso que tú eres y que te ha hecho aprender tantas lecciones. Te diría que, incluso, te admiro por ser tal como eres, por no serte infiel a ti misma. Y no podría dejar fuera decirte que también te admiro por tu dosis de locura e inocencia, por tu afán por ser un ser humano bueno, por tu fuerza -con todo y el trabajo que te cuesta-, para levantarte, sacudirte las rodillas y seguir avante... aún con las piernas o el corazón lastimado.

Si te escribiera una carta de amor, te diría simplemente que aquí estoy, y que vamos a seguir andando, frente en alto, corazón creyente, hasta el fin de nuestros días.

Y como te dice tu hijo, el de dos años desde su asiento trasero en la bici cuesta arriba: "Vamos, mami. Tú puedes, mami."

Te amo.

Lilyán